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Comprar al contado no es siempre la mejor opción para el cliente

Argentina.- Contado rabioso; es decir, con todos los billetes en la mano. En algunos locales, ese todavía sigue siendo el mejor camino para obtener buenos precios. Pero, de la mano de un dólar relativamente estable en los últimos cuatro meses y de los planes largos con tarjeta de crédito, hay casos en los que conviene apelar más a la tarjeta de crédito, por encima del efectivo.

Todo depende de qué se compre y dónde. En algunos comercios, pagando “contado rabioso”, se obtienen descuentos que van del 12 al 40 por ciento.

Hay locales o rubros donde el recargo por pago con tarjeta es menor a la inflación proyectada para el año y hay otros en los que directamente no hay diferencia entre precio de contado y efectivo.

Este escenario era radicalmente diferente a un año atrás: después de la devaluación del 23 por ciento de enero de 2014, los planes desaparecieron y los presupuestos, de contado, duraban 24 horas.

Las bajas ventas, ahora, también hacen lo suyo e impulsan todo tipo de promociones para captar clientes.

Por eso, como quien construye siempre busca tarjetear y reservar el efectivo para la mano de obra y algunas pocas cosas más, conviene evaluar bien cómo se paga cada cosa.

Por ejemplo: una bolsa de revoque fino Weber en Zárate cuesta 56,6 pesos, pagando contado efectivo. Con tarjeta de crédito e incluso la de débito, sale 77,3 pesos: 36,5 por ciento más. La bolsa de Hercal cuesta 50,95 en efectivo, más 10 por ciento. En Easy, por ejemplo, sale 55 pesos en efectivo o tarjeta.

“Yo hice las cuentas y me convenía pedir un préstamo en mi banco para refacciones y ampliación, que no paga IVA sobre los intereses, y negociar todo con la plata en la mano”, asegura Ismael, un contador de 28 años que se compró una casa vieja en Argüello y que la está remodelando con poca plata a fuerza de buscar y regatear todo.

En corralones y ferreterías marginales, los descuentos también son significativos, pero por otra razón: salen sin factura y por ende, cliente y vendedor comparten el riesgo de evadir el Impuesto al Valor Agregado e Ingresos Brutos.

“Yo decidí pagar todo con tarjeta, siempre en 12 cuotas. No lo hago de otra manera aunque tenga la plata. Tengo varias tarjetas y elijo dónde compro en función de las promociones”, dice Hernán, que está construyendo dos dormitorios y un baño arriba de su casa.

Mirar la brecha

Lo primero a preguntar es el precio de contado y el precio de lista para medir la brecha entre ambos. Las ventas con tarjetas se hacen tomando el precio de lista, aunque hay comercios, como Easy y Sodimac, que no hacen diferencia entre uno y otro. Otros tienen acuerdos con algunos bancos que hacen descuentos en función de la cantidad de cuotas, lo que implica un reembolso directo por esa compra. Hipotecario, Bancor y Nación son los más activos.

Por ejemplo en Zárate, con Visa Hipotecario hay 12 cuotas y un descuento del 20 por ciento que reembolsa el banco. Con Cordobesa, hay 20 cuotas con un descuento del 10 por ciento y del 15 por ciento si se hace en seis.

En Ferrocons, los sábados a la tarde hay descuentos de contado y para el Procrear, Grupo Edisur y Club La Voz. En Darsie la diferencia entre contado y efectivo ronda el 12 por ciento. En Easy no hay tal brecha y los precios se pueden consultar por Internet, con envío a domicilio gratis si la compra es on line . En Sodimac también están todos los precios en Internet, con un práctico buscador por categorías, y cuestan lo mismo de contado que con tarjeta.

Pero el plan estrella es el Ahora 12, donde todas las tarjetas, con independencia del banco emisor, otorgan 12 cuotas fijas. No es interés cero por ciento en todos los locales: hay comercios que recargan el 13 por ciento, otros el 15; pero en todos los casos, es la mitad de la inflación proyectada para el año. Otros no recargan nada, aunque excluyen algunos productos de esa financiación.

El plan rige de jueves a domingos hasta el 15 de diciembre próximo y prácticamente todos los comercios dedicados a la construcción están adheridos, desde las grandes cadenas hasta locales chicos.

Aunque el consejo sea archirrepetido: hay que armarse de paciencia y hacer al menos tres careos de precios antes de decidirse a comprar.



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